Nuestra actividad profesional sanitaria se centra en la atención al paciente, pero hay pacientes con un grado de dependencia importante, que necesita de la figura del cuidador. Esta persona que cuida realiza un gran trabajo físico y mental y sin horario limitado. Pero…. ¿ Quién cuida al cuidador?.

Si es usted cuidador y tiene reacciones de impaciencia frente al enfermo, reacciones irascibles inesperadas, tiene tensiones con otros familiares, dificultad de concentración, actitud de desgana hacia tareas cotidianas, autocompasión, aislamiento, sentimiento de derrota, fatiga física o alteraciones somáticas que van del insomnio hasta problemas digestivos quizás convenga que se ocupe de estos signos.

Puede realizar el siguiente cuestionario:

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Como perfil típico del cuidador, se puede observar que es una mujer de mediana edad (50-60 años) y que son esposas o hijas del paciente. A veces hay mujeres de edad avanzada (+ 75 años) cuidan a sus cónyugues con el consiguiente esfuerzo y morbilidad que acompaña a estas edades. Son mujeres en una edad que afrontan una etapa nueva en la vida que conlleva posibilidades de crecimiento personal (aficiones, estudios, etc) pero esta situación queda bloqueada debido a que asume ahora la labor de cuidadora. La renuncia forzosa a nuevos horizontes engendra frustración y abatimiento.

Se ha denominado “síndrome del cuidador” que se caracteriza por una serie de síntomas a nivel físico, psíquico y en el ámbito familiar generados por la responsabilidad total en la atención y en el apoyo diario del paciente por parte del cuidador.

Los principales síntomas descritos y por los que el cuidador demanda atención son:

  • Problemas físicos: con síntomas como cefaleas, dolores crónicos, cansancio, insomnio, síntomas digestivos, entre otros.
  • Problemas psíquicos: con síntomas como depresión, ansidad e insomnio como síntomas del stress.
  • Problemas sociales y familiares: conflictos, aislamiento social, falta de tiempo de ocio y dificultades económicas.

La atención familiar a enfermos mayores es tan absorbente que puede llegar a distorsionar el papel social del cuidador. En ocasiones, los sentimientos de amor filial, reproducen erróneamente esquemas de relación padre-hijo de etapas pasadas, entonces el hijo consiente recibir órdenes a veces ajenas a las necesidades reales del cuidado que necesita. Puede llegar a aparecer chantajes emocionales debido a una inversión de papeles: la persona madura se infantiliza, el anciano lo domina.

El primer paso a tener en cuenta es que el cuidador debe tomar conciencia de que sólo podrá desempeñar satisfactoriamente su labor si ellos mismos se cuidan. Para ello es importante:

  •  Pedir ayuda al entorno constituido por: familiares, servicios sociales, instituciones y asociaciones. Hay que delegar parte del trabajo del cuidador.
  •  Poner límites al cuidado: especialmente cuando la persona está siendo bien cuidada y demanda más cuidado y atención de lo necesario.
  • Pensar en el futuro: anticiparse a los problemas que puedan ir surgiendo conforme la enfermedad avance. Para ello es importante conocer la enfermedad y plantear las posibles soluciones.

Aquí tiene algunos consejos para el día a día:

  • Se recomienda hacer ejercicio físico de forma regular y a ser posible algún ejercicio aeróbico (correr, andar, bicicleta, etc.) al aire libre.
  • Evitar el aislamiento disponiendo de tiempo libre, para actividades de ocio y contacto social.
  • Descansar, pequeños momentos que le sirvan para desconectar y relajarse.
  • Organizar el tiempo mediante un plan de actividades para : priorizar tareas importantes (no se puede llegar a todo), delegar , y establecer una rutina de actuación.

El compartir la carga con otra persona facilita el llevar a cabo estos consejos.

Bibliografía:

− Ponencia “Cuidar al cuidador”, Dr. Luis Arcas de los Reyes, Residencia de Mayores de Jerez, Consejería para la Igualdad y Bienestar Social. Semana del Mayor. Jerez, 2005.
− http://www.mapfre.com/salud/es/cinformativo/cuidar-enfermo-cronico.shtml
− Validación en Chile de la Escala de Sobrecarga del Cuidador de Zarit en sus versiones original y abraviada. H. Breinbauer, H. Vasquez, S. Mayanz, C. Guerra y T. Millán. Revista Medica de Chile 2009; 137: 657-665.
− Dependencia y familia: una perspectiva socio-económica. Imserso 2010. Ministerio de Sanidad y Política Social.
− La familia ante la enfermedad. Mª Isabel Alvarez Vélez. Federico de Montalvo Jääskeläinen. Universidad Pontificia de Comillas, 2010.

José Sumariva Mateos.
Fisioterapeuta.
UGC Rehabililatación. H. U. Puerto Real.